Un artículo reciente en Bandas de Procesamiento de Alimentos destacó la importancia de contar con un cronograma maestro de desinfección. Esencialmente, este cronograma sirve como “respaldo” para sus procedimientos de mantenimiento diario, pero involucra a la limpieza y el cuidado periódicos de los equipos y la infraestructura, que no son accesibles con las actividades de limpieza diaria.
El artículo abarca dos partes esenciales del cronograma maestro de desinfección: la creación del cronograma y la validación de los procedimientos descritos en el cronograma.
El punto de partida para crear el cronograma, según el artículo, es identificar en qué parte del proceso tiene riesgo de contaminación. ¿Dónde están las piezas que podrían convertirse en un riesgo, ya sea por un diseño deficiente, composición del material, requisitos del proceso u otros factores? Una vez identificados, se deben analizar estos riesgos de incumplimiento y se debe determinar un conjunto de requisitos de limpieza y agregarlos al cronograma maestro de desinfección.
La aplicación práctica del cronograma requiere validación. El artículo establece un método que implica el desmontaje para llegar a las piezas y la inspección visual antes de tomar muestras, tanto antes como después de la limpieza descrita. De esta manera, se pueden identificar posibles contaminantes y se garantiza la eficacia y la frecuencia del procedimiento de limpieza.
Es razonable pensar que cuantas más piezas que no sean fácilmente accesibles constituyen un riesgo de contaminación, más tiempo llevará su cronograma maestro de desinfección y más tiempo de producción se perderá en acceder a esas piezas y limpiarlas. Sin embargo, el uso de equipos accesibles y diseñados de manera higiénica puede reducir la cantidad de artículos que podrían representar un riesgo de contaminación y reducir el tiempo y el esfuerzo necesarios para abordarlos en el cronograma maestro de desinfección.
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